Friday, October 29, 2010

"Bajo una dictadura, las elecciones no se pueden utilizar como instrumento para lograr un cambio político significativo, pues los dictadores no están interesados en elecciones que puedan apartarlos de sus tronos". Dr. Gene Sharp

¡Solo Dios es más poderoso que un pueblo unido
en sublevación cívica, activa, generalizada y sostenida!



¿CUBAZUELA O VENECUBA?

¿Qué venezolano en Miami no está más que harto de escuchar a los cubanos en la Meca del Exilio, advertir insistentemente – de manera contumaz y pertinaz – que Venezuela se dirige hacia una nueva Cuba? Yo, por lo menos, como cubano-venezolano: ¡lo estoy!

A estas alturas del “partido”, la pregunta no es si Venezuela se convertirá en Venecuba; tenemos que preguntarnos – “más bien” – si Cuba no se convertirá en Cubazuela: ¡que no sería lo mismo, ni se escribiría igual!

El “proceso” venezolano se enmarca dentro de esa tareco que a los “ñángaras” les ha dado por llamar “Socialismo del Siglo XXI”. Podríamos decir que entre ese “socialismo” y el castro-estalinismo (el sistema que hasta ahora ha imperado en la Cuba de los hermanos Castro) existen – más o menos – las mismas similitudes que existen entre un burro sabanero y una cebra. No ladran, pero relinchan… aunque de maneras distintas. Ambos son equinos, se entienden: pero no se mezclan. Tienen cuatro patas, cascos – en lugar de pezuñas – crines y rabos: pero un burro no es, precisamente, lo mismo que una cebra.

Los venezolanos llevan años conociendo el sistema castro-estalinista. Saben que existe una libreta de racionamiento, que no se permite la propiedad privada; a los cubanos que se resbalan los aniquilan en el paredón de fusilamiento y no hay elecciones limpias y cristalinas, como “hay” en Venezuela. Los cubanos que no se sacan el “biombo” (la rifa para obtener la visa norteamericana), tienen que tirarse al mar en una balsa para poder salir de ese infierno… y hasta no hace mucho, se prohibía la tenencia de dólares y la entrada a los hoteles que estaban reservados, exclusivamente, para los turistas. Más o menos por ahí van los tiros en la Cuba “revolucionaria”.

En Venezuela no. Hay escases de muchos artículos, pero jamás a los niveles de escases de Cuba, ni se conoce la tristemente-célebre libreta de racionamiento. El régimen bolivariano no interviene, expropia y – supuestamente – paga, “respetando” la propiedad privada en sus niveles más elementales: ¿o primitivos?

Los venezolanos entran y salen de Venezuela, siempre y cuando puedan conseguir que el régimen les otorgue divisas para viajar, a menos que quieran obtener los dólares a precio de gallina buchona, en el mercado negro... o "paralelo". Regresan al país cuando quieren y muchos lo hacen cargados de corotos que compran en “El Imperio”, preferiblemente en Miami.

En Venezuela hay escuelas y clubes privados… todavía; la corrupción está al alcance de todos, no al alcance exclusivo de una cúpula, como sucede en Cuba.

En tal sentido, el cubano exiliado – haciendo gala de una gran ignorancia – distorsiona la realidad del “proceso” venezolano y se empeña en compararla, pelo-a-pelo, con la realidad de la “revolución” cubana. ¿El resultado? Una gran confusión por parte y parte.

En vez de estar aconsejándoles a los venezolanos sobre bases infundadas, el cubano exiliado debería estudiar a fondo un proceso – el “bolivariano” – que es incomprendido, tanto por los moros como por los cristianos. Ni los propios venecos entienden esa “guarandinga”… “cuantimenos” los cubiches, quienes a veces saben tanto que saben a lo que pica el pollo.



Sería muy recomendable para los cubanos, tanto dentro como fuera de la isla, que conocieran un poco más cómo funciona eso del “Socialismo del Siglo XXI”, porque nada de extraño tendría que se implante prontamente en Cuba… y entonces sí que estaríamos bien jodidos.

Cuando Fidel Castro llegó al poder en Cuba, construyó una inmensa olla, le echó agua, la hirvió y una vez hirviendo metió de sopetón a todos los cubanos. La reacción fue inmediata y radical. Unos optaron por alzarse en el Escambray, otros salieron y se unieron a la Brigada 2506… miles y miles se fueron por el camino del sabotaje y millones optaron por el destierro. En consecuencia, los cubanos terminaron en infrahumanas prisiones purgando eternas condenas, en los cementerios… o en el exilio. En cuestión de tres años, contados a partir de la llegada de Castro al poder, ya los cubanos sabían cómo sería la historia.

En Venezuela no. Chávez construyó la misma inmensa olla, con las mismas medidas del plano castrista… aunque un poco más grande. Calentó el agua a unos 38 grados centígrados y poco a poco fue metiendo a todos los venezolanos. Castro obligó a los cubanos a entrar a su olla a punta de bayoneta… Chávez, con la ayuda de los líderes conchupantes “opositores”, fue invitando a los venezolanos a entrar en la suya. La gran diferencia entre ambas ollas radica en la temperatura inicial del agua. Mientras a Castro le convino meter a los cubanos en una olla con agua hirviendo, Chávez (observando el Manual del Socialismo del Siglo XXI), introdujo a los venezolanos en una olla con agua a una temperatura agradable: ni muy fría ni muy caliente.

Poco a poco, Chávez le ha ido subiendo la temperatura al agua de su olla y los venezolanos se han ido acostumbrando al cambio térmico. Para cuando el agua de la olla de Chávez hierva, ya todos los venezolanos estarán muertos; de ahí que mi mujer – Siomi – asegura que el régimen instaurado por Chávez en Venezuela es muchísimo más perverso que el que Castro instaló en Cuba.

El nuevo experimento de la olla, dentro del "Socialismo del Siglo XXI", funcionó. Se puso a prueba por primera vez en la Nicaragüa de los hermanos Ortega, luego en la Angola de José Eduardo dos Santos. Para cuando llegó depurado el proyecto a la Venezuela de Chávez ya estaba perfeccionado. Había nacido, crecido y madurado eso que mientan el “Socialismo del Siglo XXI”.

Si el “proceso bolivariano” se parece a algo, es al “proceso sandinista”, guardando la distancia, claro está. ¡Nada que ver con el “proceso revolucionario” cubano!

No obstante, es muy posible que ya no tarde en implementarse el “Socialismo del Siglo XXI” en la Cuba de los Castro… con o sin ellos. Es el sistema perfecto si una cúpula o cogollo pretende eternizarse encaramado en el poder absoluto en un mundo globalizado que ha cambiado en apariencia mas no en cuanto a los principios morales básicos. La “Sociedad Internacional” sabe, perfectamente bien, que Chávez es un TIRANO, pero es un tirano “constitucional”, legitimado por sus propias trampas, con la necesaria ayuda de la conchupancia y de todo un pueblo que ha sido inducido, una y otra vez, a participar engañado en procesos comiciales descaradamente fraudulentos a más no poder.



En el video de arriba vemos a una gran CONCHUPANTE venezolana, María Corina Machado, quien tuvo el tupé de darnos una conferencia en Miami donde, entre muchísimas cosas, nos aseguró - de una manera muy didáctica - que lo ÚNICO que se lograba votando en las farsas electorales del régimen chavista, era legitiamar a Chávez como tirano. Un año después se estaba postulando como candidata a diputada a la llamada "Asamblea Nacional" (antiguo Congreso de Venezuela) saliendo electa. Con su participación en esa última farsa (del 26 de septiembre de 2010), la María Corina ayudó a legitimar al nuevo parlamento venezolano.

El motor que mantiene viva la esperanza de la sociedad civil opositora se enmarca dentro del espíritu del viejo refrán que reza: “… hoy no fío, mañana sí”. En 1964, Fidel Castro le prometía a su pueblo que para el año de 1980, todo cubano se iba a poder comer un huevo diario. Desde que Chávez llegó al poder en Venezuela, los líderes conchupantes de la “oposición” venezolana les prometen a los venezolanos demócratas que el día de sacar al sátrapa del poder, por la vía electoral, está cada vez más cerca:



El año pasado (2009), el otrora gran líder de la oposición venezolana, el candidato único que se "enfrentó" a Chávez en la farsa electoral del año 2006, nos advirtió que a Chávez no lo podíamos sacar por la vía de la violencia: que él tenía que salir - dentro de 14 años - por la vía de los votos. Según esta aseveración, Chávez saldría del poder en el año 2023, cuando de Venezuela lo único que quede sea el recuerdo de lo que una vez fue.

Los líderes conchupantes de la “oposición” venezolana son inducidos POR EL RÉGIMEN a una oposición férrea y encarnecida, pero por “vía oral”, sin pasarse - claro está - de la llamada "raya amarilla"… nada que ver con sublevaciones ni mucho menos con violencia:



En el video de arriba vemos a Henry Ramos Allup, el secretario general del partido "opositor" venezolano Acción Democratica, en un encarnecido discurso en contra de Chávez y su régimen. Si agudizamos nuestros oídos, descubriremos el mensaje subliminal. El sátrapa, según ese "mensaje" convenido, caerá por la vía electoral. Uno de los políticos venezolanos que más sabe que Chávez no saldrá por la vía de los votos es, precisamente, Ramos Allup. Con estas aguerridas palabras, este gran CONCHUPANTE le está dando un "tente-allá" a la sociedad civil demócrata venezolana, para que no se le vaya a ocurrir una sublevación cívica, activa, generalizada y sostenida... mientras el régimen se atornilla, eternamente, en el poder.

Eso sí: en el marco de cada farsa electoral, esos mismos “agresores verbales” que cultivan el liderazgo “opositor” venezolano, deben salir – ANTES Y DESPUÉS – de cada fraude comicial, a legitimar los resultados aceptando la “derrota”.



En el video de arriba vemos al candidato Manuel Rosales aceptar su "derrota" antes de que cantara el primer gallo de la madrugada... y que se terminaran de contar los votos en la farsa electoral presidencial del año 2006, emulando así a Eduardo Montealegre, quien una semana antes hizo lo mismo en Nicaragua, aceptando la "victoria" de Daniel Ortega.



Arriba vemos a Teodoro Petkoff, importante CONCHUPANTE venezolano, advirtiendo - en el año 2006 - que los venezolanos tendríamos que aceptar cualquier resultado emanado de la farsa electoral presidencial del año 2006, donde Manuel Rosales jugó el papel de "gallo tapado". Por primera vez en una campaña electoral, los venezolanos escucharon de boca de uno de los altos dirigentes de la "oposición", horas antes de las "elecciones", la posibilidad de perder la contienda electoral, con lo cual Petkoff ponía el parche antes de que reventara el hueco.



Cumpliendo un papel exactamente similar, el secretario general de Acción Democrática, Henry Ramos Allup, nos adviertió que había que aceptar cualquier resultado emanado de la farsa electoral parlamentaria llevada a cabo el pasado 26 de septiembre en Venezuela. Jamás, sin embargo, hemos visto a Manuel Rosales, Teodoro Petkoff, Ramos Allup o a cualquier líder de la "oposición", exigirle al régimen las debidas y LEGALES condiciones para que los comicios llevados a cabo en el país fuesen limpios y cristalinos: ¡jamás!

Imagínense ahora a los líderes “disidentes” de la “oposición” cubana, con Oswaldo Payá, Guillermo Fariñas y Yoanis Sánchez a la cabeza, mareando a un pueblo que no tiene la más mínima idea de cómo reclamar sus derechos políticos y civiles... muchísimo menos a través de las urnas y, sobre todo, votando con unas extrañas maquinitas electrónicas enviada desde Venezuela, tras meter el dedo en unas “captahuellas” (también electrónicas) y dando por sentado que con toda esa tecnología el régimen sabrá – exactamente – cómo habrá votado cada elector.



Arriba vemos a la María Corina Machado en la conferencia de Miami de 2009, narrar un experimento insólito llevado a cabo en Venezuela ante representantes de esa llamada "Comunidad Internacional": OEA, la Fundación Carter, etc... donde se COMPROBÓ - más allá de toda duda - que mediante el empleo de las "captahuellas" es posible saber cómo vota cada elector, lo que se presta para el chantaje político, sobre todo en un país como Venezuela (sin mencionar a Cuba) donde hay más de 5millones de ciudadanos que dependen, DIRECTAMENTE, del Estado.

La nueva pelea no-violenta (o “pacífica”, como se le llama en Cuba) entre los electores opositores cubanos y el régimen neocastrista sería más desigual que una batalla entre un león africano, joven, atlético, cebado y hambriento, contra un mono tití viejo, raquítico, artrítico, con mal de Párkinson… drogado, borracho, amarrado y con los ojos vendados.,

Sin embargo, luego de que el mono salga de la contienda peor que el gallo de Morón (sin plumas y cacareando), sus "entrenadores" (los líderes conchupantes “opositores”), se las arreglarán para hacerle creer al mono que salió victorioso… aunque no del todo, que fue - exactamente - lo que sucedió a raíz de la pasada farsa electoral (del 26 de septiembre de 2010), donde el régimen "obtuvo" la mayoría de la Asamblea Nacional y los líderes "opositores" les hicieron creer a los venezolanos demócratas que HABÍAN GANADO... por aquello que asegura que "del lobo: un pelo", o lo que es igual: "agarrándo manquesea fallo".

Ese proceso de convertir a Cuba en una “segunda Venezuela” lo conocemos con el remoquete de “venezolanización”. La patria de Martí cambiará de nombre, constitucionalmente, para comenzar a llamarse “Cubazuela”. Mientras la mutación esté en marcha, veremos a un exilio totalmente dividido, mucho más que de lo que jamás ha estado. Se dividirá en dos inmensos toletes: electoreros e intransigentes. En aquellos que querrán optar por la vía electoral (a lo venezolano) para poder comenzar a cultivar una “parcela de poder” y en los que – como nosotros – emprenderán una quijotesca lucha en contra de molinos de vientos inexistentes… mientras la llamada “Comunidad Internacional” se afila los dientes y se prepara para repartirse, en rebatiña, la piñata en una Cuba abierta al consumo mundial. El castro-estalinismo, entonces: ¡habrá muerto!

Miami, 31 de octubre de 2010

Robert Alonso
Movimiento de Resistencia Nacional
www.mrr.name




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¿YA CREASTE TU "CÉLULA DE RESISTENCIA"?

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EL MANIFIESTO
DE LA NUEVA LUCHA

(“MANIFIESTO DE LA LIBERACIÓN”)

I. EL ÚNICO OBJETIVO

El único objetivo de esta nueva lucha es erradicar de suelo patrio a los regímenes que nos han mancillado la libertad y los más elementales derechos consagrados a la humanidad.

II. EL CAMINO HACIA ESE ÚNICO OBJETIVO

Unir a nuestra sociedad civil en torno a una nueva lucha: la resistencia no-violenta cuyo fin será la sublevación cívica, activa, generalizada y sostenida; la cual, a su vez, busca provocar la insurrección (implosión) militar necesaria para deponer al enemigo apátrida del poder.

III. AL FINALIZAR LA LUCHA

Al finalizar la lucha para defenestrar a los regímenes deslegitimados y traidores, se instalaría en nuestros países un gobierno cívico-militar que pondría orden en la sociedad, haría justicia y sentaría las bases para la redacción de una nueva constitución con la participación de todos las fuerzas vivas democráticas existentes.

IV. CARACTERÍSTICAS DEL ENEMIGO

Debemos comenzar por conocer y entender al enemigo como un ente apátrida y traidor que no conoce fronteras, que desconoce la piedad y que empleará todos los medios disponibles para justificar su único fin: mantenerse firme y eternamente en el poder, en pro de su beneficio personal y el de unos pocos.

Para el enemigo es mantenerse en el poder o morir. No hay otra. Estamos hablando de una muerte física, ya no política. Hugo Chávez, por ejemplo, está consciente de que el día en que él pierda el poder, perderá la vida física porque no podrá mantener la seguridad que hoy le ofrece su régimen. Para el enemigo es seguir “comiendo gallina”, so pena de “morir arponeado”.

Ante tal contrincante no hay tregua. No hay posibilidades de entendimiento... de diálogo ni de esperanzas de eliminarlo por medio de la vía electoral. A un enemigo así hay que sacarlo con fuego: el fuego de la sublevación cívica, activa, generalizada y sostenida que desemboque, irremediablemente, en una insurrección militar.

V. CON QUÉ CUENTA EL TIRANO

El tirano tiene dos grandes recursos: dinero y armamento militar, precisamente con lo que no cuenta la sociedad civil. Para nosotros, el enemigo es invencible en el campo militar, en el campo de la violencia. La violencia le es de su absoluto monopolio, su mayor aliado, de ahí la necesidad de luchar en un plano diferente, donde él no cuente con recurso alguno.

El enemigo, además, tiene el apoyo incondicional de la llamada “comunidad internacional”, porque allá afuera se es alérgico a los cambios radicales que pudieran poner en peligro a sus propios intereses. Por ejemplo, una desestabilización sostenida del régimen actual en Venezuela, desestabilizaría el mercado energético a nivel mundial, lo que traería un instantáneo dolor de cabeza en los ámbitos políticos y económicos en los países industrializados del llamado “Primer Mundo”.

Para eliminar ese apoyo incondicional del cual hoy son acreedores estos regímenes, debemos afectar – sostenidamente – los intereses internacionales y para eso, la mejor manera es “embasurando” al país oprimido mediante una paralización total, absoluta y sostenida... a través de la sublevación cívica no violenta. Un verdadero, efectivo y sostenido PARO GENERAL.

Una vez que la “comunidad internacional” entienda que el desbarajuste se mantendrá indefinidamente en el país convulsionado mientras las existentes autoridades estén frente al poder y que la sociedad civil de ese país no tiene la más mínima intención de amainar la resistencia, otro gallo le comenzará a cantar al régimen y esa “comunidad internacional” cambiará inmediatamente de bando, colocándose del lado de la inminentemente nueva opción de poder, es decir: del lado del pueblo sublevado.

VI. CON QUÉ NO CUENTA EL TIRANO

El enemigo no cuenta con el apoyo incondicional de la inmensa mayoría del pueblo, así parezca lo contrario en regímenes en los cuales se ha implantado el terror como un método de “seguridad ciudadana” y existe una doble moral, donde cada quien lleva puesta una careta. Una vez que ese pueblo mayoritario explote de manera generalizada y sostenida, no habrá forma de controlarlo. Los tiranos lo saben y le temen a las sublevaciones.

Precisamente, la carencia del enemigo es nuestra mayor herramienta. Nosotros contamos con ese pueblo mayoritario: ¡nuestro gran ejército! Es a ese pueblo a quien debemos comprometer en la lucha de resistencia no-violenta.

Si bien el enemigo cuenta, por ahora, con el apoyo internacional, ese apoyo es efímero y se disolverá de inmediato al entender - la “comunidad internacional” - que el pueblo está decidido a cambiar de autoridades y a defenestrar a la tiranía.

Será la “comunidad internacional”, entonces, un valioso aliado que hará su parte para presionar al tirano a que abandone el poder para buscar con ello la estabilidad regional y, en casos como Venezuela: la estabilidad energética mundial.

Pero no nos engañemos. El régimen puede perder absolutamente todo el apoyo del pueblo, que si éste no se subleva es como si ese apoyo no lo hubiera perdido. La historia está llena de ejemplos de países subyugados por odiosas tiranías y las mismas se mantuvieron por décadas en el poder a través del terror, porque sus pueblos jamás fueron inducidos a la sublevación y equivocaron sus métodos de lucha... hasta un día.

VII. CUÁL ES NUESTRO RETO INMEDIATO

Nuestro reto inmediato debe de ser cohesionar a la sociedad civil en un ente compacto y dispuesto a seguir las instrucciones dentro de una estrategia YA PROBADA de lucha, que obedece a la modalidad de la resistencia no-violenta.

Debemos comprometer a ese pueblo opositor a que se una a la resistencia de una manera activa, participativa y decidida.

El primer paso es el de educar a la sociedad civil a sublevarse de manera activa, generalizada y sostenida, donde se logre el ÚNICO OBJETIVO de derrocar la tiranía con el menor trauma posible. Cada gota de sangre de nuestros hermanos es parte del tesoro nacional. Debemos preservar cada gota de nuestra sangre para la reconstrucción del país.

No es fácil educar a todo pueblo, sin embargo, nuestras instrucciones son sencillas, como veremos más adelante. El enemigo puede enterarse de esta estrategia sin mayores peligros para la sociedad civil, ya que las tiranías no cuentan con los recursos para combatirla. Además, los regímenes totalitarios, a estas alturas, conocen muy bien qué les viene encima cuando un pueblo se une en torno a la resistencia no-violenta.

Los regímenes harán todo lo posible – e imposible – para evitar que un movimiento de resistencia no-violenta tome fuerza, pero cuando vean que el intento es fallido y la sociedad está decidida a organizarse en un solo bloque, comenzarán a “pedir cacao”... a intentar diálogos de “entendimiento”. Al final empezarán a derrumbarse y a perder afectos dentro de sus cuadros internos, tanto políticos como militares. Esa es la experiencia histórica que los tiranos todos conocen y toman muy en cuenta. Hemos oído, por ejemplo, por la boca del propio Hugo Chávez, el daño que las estrategias de resistencia no-violenta les han causado a grandes tiranos de la historia contemporánea y así lo ha relatado en cadena, asombrosamente y a modo de queja, el tirano venezolano.

VIII. TOMEMOS LA OFENSIVA

Hasta ahora los regímenes totalitarios han sido exitosos en tomar y mantener la ofensiva. Por ejemplo, Chávez planifica todas las semanas la agenda de la oposición venezolana en su espacio mediático (radio y televisión) “Aló Presidente”, al anunciar una “bomba” cada domingo. Eso genera una reacción DEFENSIVA de la oposición y así la entretiene durante siete días, hasta el próximo programa... o nuevo escándalo.

Es necesario que los medios de comunicación reseñen las noticias que genera el “oficialismo” de manera casual, pero que nuestros comunicadores no se hagan eco de ellas. Al contrario, pongamos al régimen a comentar las nuestras.

IX. RETÉMOSLE E IGNORÉMOSLE

La verdadera resistencia es un constante retar al régimen. No debe pasar un día en el cual no lo retemos.

La sociedad civil puede organizar eventos - a modo de “tareas” – que reten al régimen. Estos eventos deben de ser ingenuos y absolutamente legales. Por ejemplo, se puede organizar una jornada de varias horas donde todo el pueblo opositor salga al frente de sus respectivas viviendas y, sin obstaculizar el tránsito, rezar el rosario. Todo un pueblo unido rezando el rosario... MOSTRANDO SU RECHAZO AL RÉGIMEN.

Otra “tarea” para retar al régimen podría ser ponerse todos de acuerdo e ir a visitar a un connotado preso político. En ninguno de estos casos habrá necesidad de solicitar permiso para manifestar. No se trata de una marcha organizada.

Claro está que ese reto establecerá un dinamismo que se irá evaluando sobre la marcha, porque no sabemos cuál será la exacta reacción del régimen ni podemos calcular su nivel o intensidad en el campo de la represión.

Al mismo tiempo en que retamos al régimen, lo ignoramos. Debemos pretender que no existe. De hecho: ¡no existe! En Venezuela se levanta el edificio donde una vez funcionó el Congreso Nacional, pero quienes se reúnen hoy en su inmueble, que ahora mientan “asamblea” (como en Cuba), no tienen legitimidad. No los podemos re-legitimar tomándolos en cuenta para nada. Son fantasmas. Uno no se sienta a hablar con fantasmas a menos que se trate de una sesión espiritista. Tomar en cuenta al régimen y a sus acólitos es hacerles el juego y caer en el campo donde ellos se sienten a sus anchas.

No debemos pedirles absolutamente nada a las entidades del régimen. No hay que introducir nada ante la Fiscalía General ni acudir al Tribunal Supremo de Justicia para nada. Esos organismos, al igual que el Congreso, son cascos vacíos usurpados por fantasmas temporales. Por supuesto que no acudiremos a municipio alguno para solicitar permiso para marchar por el territorio nacional.

Sentarse en la mesa de negociaciones con los fantasmas... pretender que modifiquen sus dictámenes, votar en elecciones en contra de ellos (aunque en ocasiones nos dejen “ganar”, como el gato deja que el ratón “se escape” antes de matarlo y comérselo), es perder el tiempo, legitimarlos y retrasar nuestra lucha de resistencia, porque la distorsionamos. En la resistencia se resiste, no se dialoga ni se participa... ¡tampoco se vota! Retamos e ignoramos al régimen día-a-día.

En una lucha de resistencia no acudimos a las citaciones que nos hacen los fiscales ni los tribunales fantasmas. Tampoco pedimos la libertad de nuestros presos. No hablamos con fantasmas.

Esto, como es lógico, supone un gran sacrificio, pero ¿qué lucha no es sacrificada? Es eso, o perderlo todo, incluyendo nuestra dignidad como pueblo. De todas maneras, si no resistimos adecuadamente, terminaremos perdiéndolo todo: ¡la Patria incluida!

X. EL DÍA "D"

Toda esta lucha de resistencia no-violenta tiene como finalidad llevar al país nacional al “Día D”. El día en que la sociedad civil se sublevará de manera activa, generalizada y sostenida en contra de aquellos regímenes tiránicos. Se habrán acabado las tareas ingenuas y habrá llegado el momento de la verdad.

SUBLEVACIÓN ACTIVA
Porque cada quien participará activamente en la sublevación.

SUBLEVACIÓN GENERALIZADA
Porque tenemos que sublevarnos a lo largo y ancho del país. En cada urbanización o barrio. En cada ciudad, en cada pueblo: ¡EN CADA CALLE! Esa sublevación generalizada debe de ser al unísono, es decir: todos a la vez y en todas partes.

SUBLEVACIÓN SOSTENIDA
Porque tenemos que mantener la sublevación hasta lograr el único objetivo: sacar del poder al tirano y a sus acólitos.

Hay muchas maneras de sublevaciones cívicas. Las hay violentas y no violentas. Por ejemplo, la sublevación que Hugo Chávez convocó, sin éxito, apenas salió de prisión en marzo de 1994, desde el programa de televisión de José Vicente Rangel, fue una sublevación violenta, al estilo del “Mayo Francés” (de 1968).
Ver el siguiente video:


La sublevación que nuestro movimiento de resistencia sugiere es no-violenta, al estilo de Serbia, de Filipinas y de muchas otras no-violentas que han dado resultados positivos e incruentos.

Las sublevaciones de Francia, Serbia y Filipinas cumplieron con sus respectivos objetivos, sin embargo, nosotros preferimos la estrategia de la no-violencia por ser la más factible de realizar, la más efectiva, la menos traumática… y la más segura.

La histórica sublevación violenta del “Mayo Francés” fue contra el gobierno democrático del General Charles De Gaulle.

Las no-violentas mencionadas arriba, fueron en contra de dos sanguinarios y genocidas tiranos: Ferdinand Marcos (en Filipinas) y Slodoban Milosevic (en Serbia).

La sublevación en sí es una vía. Es la última “batalla” antes de lograr los objetivos planteados. En el caso de sacar del poder a un tirano, la sublevación cívica debe culminar con la IMPLOSIÓN (o insurrección) militar. Para entonces ya las condiciones estarán lo suficientemente “maduras” como para evitar escenarios de mayores violencias entre militares.

Dentro de esa sublevación no-violenta está la modalidad de “La Guarimba”, la cual hemos venido promoviendo en Venezuela durante muchos años y, en cierto modo, se aplicó entre los días 27 de febrero y 5 de marzo de 2004 con un éxito total, a pesar de no haberse llevado a cabo debidamente porque muchos no observaron las tres reglas doradas (e inviolables) de “La Guarimba”.

“La Guarimba” en Venezuela pudo haber depuesto al régimen en una semana, de no haber sido por la traición de un sector de los líderes “opositores” que pactaron con Hugo Chávez cuando la verdadera oposición popular iba ganando. Uno no se sienta a dialogar cuando tiene a la vista la victoria. La rendición del enemigo debe ser INCONDICIONAL.

XI. NEUSTRO MAYOR RETO

El mayor reto de toda sociedad civil que pretenda lograr su libertad a través de la sublevación cívica, activa, generalizada y sostenida es de carácter comunicacional. Es imperativo enseñarle a todo un pueblo la manera más expedita, correcta y SEGURA de sublevarse sin exacerbar la violencia.

Ojo: No hay que confundir pacifismo con no-violencia. El pacifismo es una forma de vida. La no-violencia es una estrategia de lucha. El 99.99% del pueblo sublevado debe evitar la violencia por razones tácticas más que por convicción moral. La violencia funciona a favor del régimen. Transmitir por TV escenas de muertos en las calles podría desmantelar la sublevación cívica tan pronto como ésta arranca. Es por eso tremendamente importante NO DESPLAZARSE más allá del frente de nuestras viviendas (de nuestras “guarimbas”). De hecho, no es necesario estar en las calles durante “La Guarimba”. Solo necesitamos asegurarnos que nuestras barricadas, frente a nuestras viviendas, estén trancando la vía. Sólo saldremos de nuestras casas para repotenciar aquellas barricadas que ameriten ser repotenciadas.

Decíamos que nuestro mayor reto es, sin duda alguna, de carácter comunicacional. El pueblo debe saber cuál es la manera exacta de aplicar “La Guarimba” dentro de una sublevación cívica, activa, generalizada y sostenida.

Habremos logrado vencer la barrera de esa dificultad comunicacional mediante la creación de “CELULAS DE RESISTENCIA”.

En biología, la célula es la unidad esencial que forma a todo ser vivo. Es además la estructura anatómica y funcional fundamental de la materia viva, capaz de vivir independientemente como entidad unicelular, o bien, formar parte de una organización mayor, como un organismo pluricelular. Nada hace el régimen con desmantelar UNA célula de resistencia, porque ella forma parte de un todo organismo pluricelular que está representado por millones de ciudadanos quienes no se conocen entre sí. Cada “célula de resistencia” consta de cinco “núcleos” o individuos. Cada individuo solamente conoce y se comunica con otros cinco. En otras palabras: es MATERIALMENTE IMPOSIBLE desmantelar un sistema u organismo pluricelular.

Estas células de resistencia servirán para divulgar la manera correcta y segura de sublevarnos, además: conformarán la más perfecta red de comunicación del sistema pluricelular de resistencia. A través de las células de resistencia nos iremos comunicando como hacen los africanos en la selva con sus tambores. En cuestión de horas podremos comunicar una información a millones de ciudadanos… y si se nos caen los medios de comunicación, como la telefonía o la red de la Internet, podremos comunicarnos boca-a boca, cara-a-cara, porque un individuo, dentro de esa compleja red pluricelular, solamente tiene la responsabilidad de contactar a los miembros de la célula de resistencia que él o ella creó, es decir: A CINCO PERSONAS, no más.

Cada uno de nosotros debe convertirse en “PRECURSOR DE LA LIBERTAD” creando nuestra propia célula de resistencia, es decir, invitando a nuestra casa a CINCO personas. No serán SEIS o más… ni serán CUATRO o menos: SERÁN CINCO PERSONAS NADA MÁS. Necesitamos mantener cada célula lo más manejable posible y si consta de muchos “núcleos” (individuos), se nos hará más difícil contactar a cada uno de ellos en el momento crítico. Recuerden: CINCO PERSONAS NADA MÁS.

Una vez en la reunión, leeremos este manifiesto. Cada invitado se alternará en la lectura de cada párrafo, así se mantendrán atentos y nos aseguraremos de que cada quien haya entendido su contenido.

Leyendo este manifiesto aprenderán la manera más adecuada y segura de implementar “La Guarimba”, es decir:

* Trancando los metros cuadrados de
calle que están FRENTE a nuestras viviendas…

* No desplazándonos más allá del frente
de nuestras viviendas…

* No confrontando con el enemigo…

Así de sencillo Y DE SEGURO es el asunto para el 99.9% de la población sublevada. Habrá “otros” que harán “otras cosas” pero “esas cosas” no las sabrá el régimen hasta que llegue el momento, razón por la cual es IMPERATIVO que el 99.9% de la población NO SE DESPLACE, pues podría ser muy perjudicial para aquel que decida hacerlo.

Sin embargo, habrá que explicar un poco más porque la mayoría de los seres humanos gusta de ponerse barreras. Siempre habrá aquel que pregunte: ¿y qué ganamos trancando las calles? Siempre habrá alguien que tiene un “plan” mejor. Jamás se han enfrentado a una tiranía castro-estalinista, pero pretenden tener la “solución” al trauma colectivo. Al final, son esos los primeros que no participan de una manera o de otra.

La sublevación cívica, activa, generalizada y sostenida ha sido ampliamente probada en otros países. Habrá quien diga: “sí… eso habrá sido en Serbia, pero aquí no somos serbios”. En fin. Siempre habrá quien guste de ponerse barreras. Dejemos que sea el enemigo quien nos ponga las barreras, no seamos nosotros mismos quienes nos auto-limitemos.

XII. SU FUNCIÓN CÍVICA Y ACTIVA

Es importante, pues, explicar – entre otras cosas – cuál es la función cívica y activa de “La Guarimba”, como una modalidad de sublevación.

La única función cívica y activa de “La Guarimba” es la de paralizar al país de una manera generalizada y sostenida, logrando un VERDADERO PARO GENERAL: ¡un verdadero paro general!

Eso solo es suficiente como para defenestrar al más obstinado tirano, sobre todo, porque al pasar los días se tiene que buscar una solución y al no haber otra que cambiar los factores de poder, lo único que quedaría sería la insurrección militar presionada internamente por millones de ciudadanos sublevados y externamente por la llamada “comunidad internacional”. Así ha funcionado siempre. El régimen perderá el apoyo interno, el de sus militares, acólitos y/o policías. Así las cosas, la única vía factible sería el abandono del poder.

Eso le sucedió a Milosevic… a Marcos, a Batista, a Aristide, a Fujimori, a Pérez Jiménez, a Ceaucescu en Rumania y a Erich Honecker en la Alemania Oriental, entre muchos otros tiranos que fueron depuestos tras una presión popular de mayor o menor grado de violencia.

“La Guarimba” es una de tantas maneras de provocar esa necesaria presión interna y externa para que los tiranos abandonen el poder. Es, además, la manera más segura y expedita, si la hacemos correctamente.

La mayor parte del pueblo solamente tiene que comprometerse a trancar el pedacito de calle que está frente a su casa, a no alejarse más allá del frente de su vivienda y a no confrontar con el enemigo. Quedarse dentro de su hogar (de su refugio o “guarimba”) es lo mejor… de ahí el nombre de esta estrategia ya que “guarimba” significa, en uno de los dialectos caribes: refugio. En esta estrategia de “LA GUARIMBA”, el elemento más importante es el refugio de los participantes, la “guarimba” de los participantes. Es entendible el por qué no debemos desplazarnos más allá del frente de nuestras “guarimbas”, de nuestros “refugios”. Al menor indicio de peligro, nos retiramos “estratégicamente” a la seguridad de nuestras “guarimbas”, de nuestros “refugios”: de nuestras viviendas.

XIII. LOS "PEONES CIRCUNSTANCIALES"

Todo régimen sobrevive con la necesaria ayuda de los “peones circunstanciales”. Estos son aquellos que conforman, por motivos circunstanciales, las fuerzas armadas y los organismos policíacos de represión o prevención. Estos “peones” (soldados y policías) cambian de bando con las circunstancias. Al cambiar el gobierno, cambian de bando.

Debemos captar a los “peones circunstanciales” del régimen para que nos ayuden a modificarle, para bien, el destino al país. Además, los “peones circunstanciales” podrían salvar cientos de vidas de nuestros aliados al momento de una sublevación.
Es muy fácil hablar con “ellos”… con los “peones circunstanciales”. Muchos de los “núcleos” de las células de resistencia conocen a un “peón”… o son familia de uno de ellos. Hay que pedirles que llegado el momento, disparen por encima de nuestras cabezas, con todo lo que eso significa. A esos “peones” hay que irlos ablandando. Todos ellos tienen familia y muchos familiares de los “peones”, están del lado de la patria, no del régimen y formarán parte de nuestras células de resistencia.

XIV. LAS "CONDICIONES OBJETIVAS"

La situación momentánea de un determinado país es evaluada por las condiciones subjetivas y/u objetivas. Ambas condiciones son tremendamente cambiantes... dinámicas.

CONDICIONES SUBJETIVAS
Son aquellas condiciones que CREEMOS existentes en un determinado país en un momento específico en el tiempo. Las condiciones subjetivas NO SON precisamente las reales: son las que un grupo pudiera creer existentes. Por ejemplo, nuestros líderes de la resistencia pudieran pensar que están dadas las condiciones para convocar a la sublevación, cuando, en realidad, no es así... en cuyo caso, el llamado a la sublevación podría fracasar.

CONDICIONES OBJETIVAS -
Son las reales. Las existentes. Cuando la marcha del 11 de abril de 2002 en Venezuela, estaban dadas las condiciones objetivas para una sublevación. Lo mismo sucedió en la tarde del 27 de febrero de 2004, cuando se prendió “La Guarimba”.

Oigan bien: es un requerimiento imprescindible que estén dadas las “condiciones objetivas” (las verdaderas) para llamar al pueblo a la sublevación o para que el pueblo se subleve de manera espontánea. Habrá que esperar el momento adecuado y mientras tanto, nos vamos preparando con “tareas”, retando al régimen e ignorándolo en todos los sentidos, pero – sobre todo – divulgando, a través de las células de resistencia el mensaje de sublevación y las instrucciones de cómo sublevarnos de una manera adecuada y segura. No se puede PROGRAMAR una sublevación. Aquel líder que convoque la sublevación a distancia, es decir, dentro de un mes o más… que “planifique” la sublevación, es – seguramente – un traidor cuya misión es la de EVITAR la sublevación y fomentar la depresión colectiva. Lo mismo podemos decir de aquellos líderes que llamen al DESPLAZAMIENTO de la población. LO ÚNICO que están buscando son unos muertos, para “matar” también la opción de la verdadera y efectiva sublevación.

XV. ¿Y DESPUÉS QUÉ?

Una pregunta muy válida es qué sucederá en el país después del derrocamiento de la tiranía. ¿Quién tomará el control del país?

Esa es una pregunta imposible de responder. Puede que se monte un “gorila” con intenciones muchísimo más malsanas que las que tenía el tirano depuesto, lo cual sería difícil... pero no imposible. ¿Qué haríamos entonces? Lo mismo que hicimos para sacar al tirano anterior, sólo que esta vez se nos hará infinitamente más fácil porque ya sabremos cómo sublevarnos y el poder de la sublevación en manos de la sociedad civil.

Sin embargo, no se nos ocurre un sistema más funesto, cruel, aberrante y satánico que el Castro-Estalinismo, así que nada podría ser peor.

XVI. CÓMO CREAR LAS CÉLULAS DE RESISTENCIA

La etapa más sencilla – Y LA MÁS IMPORTANTE – de toda sublevación cívica es la creación de UNA “célula de resistencia”: de la primera. He aquí cómo se logra paso por- paso:

PRIMERO
Debemos imprimir SEIS copias del “Manifiesto de La Liberación”, este manifiesto que estamos leyendo en estos momentos, que también puede ser bajado y copiado en la siguiente dirección cibernética:


SEGUNDO
Debemos invitar a nuestra casa a CINCO amigos, familiares o compañeros de trabajo que estén del lado de la Patria. Sería perfecto que estos individuos no se conocieran entre sí y que no trabaran amistad de ahí en adelante. No presenten a los invitados, ni divulguen sus nombres entre ellos… en el caso de que no se conozcan, claro.

TERCERO
En la reunión cada participante debe turnarse para leer un párrafo de este manifiesto, cuya copia habrá recibido al comienzo de la reunión. Si hubiese acceso a la Internet, sería bueno revisar nuestro sitio en la red.


CUARTO
Cada participante debe COMPROMETERSE a crear una célula de resistencia de la misma manera.

QUINTO
Debemos velar porque nuestros CINCO “núcleos” hayan cumplido la misión de crear una nueva “célula” cada uno.

SEXTO
Debemos estar pendientes de revisar constantemente nuestro sitio en la web, donde estaremos impartiendo información importante. ¡EN MENOS DE UN MES HABREMOS CONTACTADO A CASI 10 MILLONES DE HERMANOS!

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